CRISTO VIENE
TEOLOGÍA BIBLICA Y SISTEMÁTICA

6. LA IGLESIA
I. LA NATURALEZA DE LA IGLESIA
¿Qué es la iglesia? Se puede responder a la pregunta considerando lo siguiente: (1) Los vocablos que describen dicha institución; (2) los vocablos que describen a los cristianos; (3) las ilustraciones que describen a la iglesia.
1. Vocablos que describen a la iglesia.
El vocablo griego neotestamentario para describir la iglesia es "ekklesia" que significa "asamblea de llamados." Se aplica el término a (1) todo el cuerpo de cristianos de una ciudad. Hch._11:22; Hch._13:1. (2) A una congregación. 1Co_14:19; 1Co_14:35; Rm._16:5. (3) Al cuerpo todo de creyentes de la tierra. Ef._5:32.
La iglesia es entonces una compañía de personas llamadas del mundo, Apartadas de el, que profesa y promete lealtad al Señor Jesucristo.
2. Vocablos que describen a los cristianos.
a. Hermanos. La iglesia es una hermandad o comunión espiritual, en la cual se han abolido todas las diferencias que separan a la humanidad. "No hay judío, ni griego"; - se supera así la más profunda de todas las divisiones, basadas en la historia religiosa - "no hay siervo ni libre," - "ni griegos ni bárbaros," - se supera la más profunda de las divisiones culturales - "no hay varón, ni hembra," - se supera la más honda de todas las divisiones humanas.
b. Creyentes. A los cristianos se los denomina creyentes, o "los que creen," puesto que su doctrina característica es la fe en el Señor Jesucristo.
c. Santos. Se los denomina "santos" (literalmente consagrados) puesto que son separados del mundo y consagrados a Dios.
d. Escogidos. Se hace referencia a los creyentes con el vocablo "escogidos" puesto que Dios los ha escogido para realizar un ministerio importante y disfrutar de un glorioso destino.
e. Discípulos. Son discípulos puesto que están sometidos a una preparación espiritual, bajo la dirección de maestros inspirados de Cristo.
f. Cristianos. Son "cristianos" puesto que su religión gira alrededor de la persona de Cristo.
g. Los del Camino. Al principio de la iglesia los creyentes eran denominados con frecuencia los de "este camino," (Hch._22:4) puesto que se los identificaba con el Camino o forma de vida.
3. Ilustraciones de la iglesia.
a. El cuerpo de Cristo. El Señor Jesucristo dejó esta tierra hace más de veinte siglos; empero todavía vive en el mundo. Al expresarnos así queremos significar que su presencia se manifiesta en la iglesia, la cual es su cuerpo. De la misma manera que vivió su vida natural en la tierra, en un cuerpo humano, individual, así también vive una vida mística en un cuerpo tomado de la raza humana en General. A la terminación de los evangelios no escribimos el vocablo "Fin" sino más bien, "Continuará," puesto que la vida de Cristo continúa expresándose por medio de sus discípulos, como queda evidenciado en el libro de los Hechos y por la subsiguiente Historia de la iglesia. "Como me envío al Padre, así también yo os envío." "El que os recibe a vosotros, a mí me recibe."
Antes de partir de esta tierra, Jesucristo prometió asumir este nuevo cuerpo. Sin embargo, empleó otra ilustración: "Yo soy la vid, vosotros los pámpanos." La vid es incompleta sin los sarmientos o pámpanos, y los sarmientos nada son Aparte de la vida que fluye de la vid. Para que Cristo sea conocido del mundo, tendrá que serlo por medio de aquéllos que lLv.an su nombre y comparten su vida. Y hasta el punto de que la iglesia se ha mantenido en contacto con Cristo, la Cabeza, ha compartido su vida y experiencia. De la manera que Cristo fué ungido en el Jordán, así también la iglesia fué ungida en Pentecostés. Jesús fué por todas partes predicando el evangelio a los pobres, sanando a los afligidos de corazón, y predicando liberación a los cautivos; y la verdadera iglesia ha seguido siempre en sus pasos. "Como él es, así somos nosotros en este mundo." 1Jn._4:17. De la misma manera que Cristo fué denunciado como amenaza o peligro político, y finalmente crucificado, así también la iglesia ha sido crucificada en muchas oportunidades, en sentido figurado, por gobernantes que la persiguieron. Pero, a igual que su Señor, ha resucitado de nuevo. La vida de Cristo en su interior la constituye indestructible. Este pensamiento de la identificación de la iglesia con Cristo debe de haber estado en la mente de Pablo cuando habló de completar "lo que falta de las aflicciones de Cristo por su cuerpo, que es la iglesia."
El uso de la ilustración arriba mencionado nos recuerda que la iglesia es un organismo y no meramente una organización. Una organización es un grupo de individuos congregados voluntariamente para cierto propósito, tal como una organización fraternal o sindicato. Un organismo es algo vivo, que se desarrolla por la vida inherente en sí. En sentido figurado, significa la suma total de las partes relacionadas, en la cual la relación de cada una de las partes encierra una relación con el todo. De manera entonces que un automóvil puede denominarse una "organización" de ciertas partes o piezas mecánicas; un cuerpo humano es un organismo puesto que está compuesto de muchos miembros y órganos animados de vida común.
El cuerpo humano es uno, y sin embargo, está hecho de millones de células vivas; de igual manera el cuerpo de Cristo es uno, aunque está compuesto de millones de renacidos. De la misma manera que el cuerpo humano es vigorizado por el alma, así también el cuerpo de Cristo es vigorizado por el Espíritu Santo. "Porque por un Espíritu somos todos bautizados en un cuerpo."
Los hecho o verdades arriba mencionadas señalan una característica única de la religión de Cristo. El señor W. H. Dunphy escribe:
El, y solamente él, de los fundadores de la religión, dio vida a un organismo permanente, una unión permanente de alma e intelecto, que se centralizaba en Cristo mismo. Los cristianos no son meramente seguidores de Cristo, sino miembros de Cristo, y miembros los unos de los otros. Buda fundó o desarrollo la sociedad de los iluminados, pero la relación existente entre ellos es simplemente externa: la relación de maestro y alumno. Es la doctrina que los une, y no la vida de Buda. Lo mismo se puede afirmar de Zoroastro, Sócrates, Mahoma y otros Gn.ios religiosos de la raza. Pero Cristo no es solamente el Maestro de los cristianos, sino su vida misma. Lo que ha fundado no es una sociedad que estudió y propagó sus ideas, sino un organismo que vivió por su vida, un Cuerpo habitado por el Espíritu Santo, y dirigido por él.
b. El templo de Dios. 1Pe_2:5-6. Un templo es un lugar en el cual Dios, que habita en todas partes, se localiza a sí mismo en un lugar particular donde la Gente le puede encontrar siempre. Ex._25:8; 1Re._8:27. De la misma manera que Dios habitó en el tabernáculo y en el templo, así también él vive ahora por su Espíritu en la iglesia. Ef._2:21-22; 1Co_3:16-17. En este templo espiritual los creyentes, en calidad de sacerdotes, ofrecen sacrificios espirituales, sacrificios de oración, alabanzas y buenas obras.
c. La esposa de Cristo. Esta es una ilustración empleada tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo, para representar la unión y comunión de Dios y su pueblo. 2Co_11:2; Ef._5:25-27; Ap._19:7; Ap._22:17; Ap._21:2. Mas debe recordarse que se trata solamente de una ilustración, y no se debe de ir demasiado leJs. con la comparación. El propósito de un símbolo es iluminar un lado particular de la verdad, y no el de proporcionar fundamento para alguna doctrina.
II. LA FUNDACIÓN DE LA IGLESIA
1. Considerada en sentido profético.
Se describe a Israel como una iglesia en el sentido de que se trataba de una nación llamada o convocada de entre otras naciones para que fuera sierva de Dios. Hch._7:38. Cuando el Antiguo Testamento fué traducido al griego, el vocablo "congregación" de Israel fué traducido "ekklesia" o la iglesia. Israel era entonces la congregación o iglesia de Jehová. Después de su rechazo por la iglesia judía, Cristo predijo la fundación de la nueva congregación o iglesia, una institución divina que debe continuar su obra en la tierra. Mt._16:18. Esta es la iglesia de Cristo, que comenzó a existir el día de Pentecostés.
2. Considerada en sentido histórico.
La iglesia de Cristo nació como tal el día de Pentecostés, cuando fué consagrada por la unción del Espíritu Santo. De la misma manera que el Tabernáculo fué construido y luego consagrado por el descenso de la gloria divina. (Ex._40:34), así también los primeros miembros de la iglesia se congregaron en el Aposento alto y se consagraron en calidad de iglesia mediante el descenso del Espíritu Santo. Es probable que los primeros creyentes vieron en este acontecimiento el retorno de la gloria de Jehová, que hacía mucho que había partido del templo, y cuya ausencia fué lamentada por algunos de los rabíes.
David reunió los Materiales para la construcción del templo, empero la obra fué realizada por su sucesor Salomón. De igual manera el Señor Jesús había reunido los materiales, por así decirlo, de su iglesia, durante su ministerio terrenal, empero el edificio mismo fué Levantado por su sucesor, el Espíritu Santo. En realidad, esta obra fué realizada por el Espíritu que operaba por medio de los Apóstoles, que establecieron los fundamentos y construyeron la iglesia mediante su predicación, enseñanza y organización. Por lo tanto, se dice que la iglesia fué edificada "sobre el fundamento de los Apóstoles y profetas." Ef._2:20.
III. LOS MIEMBROS DE LA IGLESIA.
El Nuevo Testamento expones las condiciones siguientes para ser miembro: Fe implícita en el evangelio y una confianza sincera en Cristo como el único Salvador divino, Hch._16:31, sumisión al bautismo en agua como testimonio simbólico de la fe en Cristo, y confesión verbal de fe. Rm._10:9-10. (Quizá sería mas correcto describir la sumisión al bautismo en agua como característica de ser miembro de la iglesia.)
Al principio prácticamente todos los miembros de la iglesia eran verdaderamente regenerados. "Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos." Hch._2:47. El pasar a formar parte de la iglesia no era asunto de plegarse a una organización sino de ser miembros de Cristo, de la misma manera que una rama es injertada al árbol. Con el transcurso del tiempo, sin embargo, al acrecentarse el número y popularidad de la iglesia, el bautismo en agua y el catequizar o instruir en la doctrina tomó el lugar de la conversión. El resultado de ello fué un influjo en la iglesia de un elevado número de personas que no eran cristianas de corazón. Y ésta ha sido, más o menos, la condición del cristianismo desde entonces. Así como en el Antiguo Testamento había un Israel dentro de Israel - israelitas verdaderos como así israelitas según su credo - de la misma manera en el curso de la historia tenemos una iglesia dentro de otra iglesia - cristianos verdaderos entre aquellos que profesan serlo, pero no lo son en realidad.
Por lo tanto debemos distinguir entre la iglesia invisible, que está compuesta de verdaderos cristianos de todas las denominaciones religiosas, y la iglesia visible, que consiste en todos los que profesan ser creyentes. La primera está compuesta de aquellos cuyos nombres están escritos en el cielo, y la segunda comprende a aquéllos cuyos nombres figuran en la nómina de la iglesia. La distinción se insinúa o indica en el capítulo 13 de Mateo, donde el Señor habla de "los misterios del reino de los cielos" - expresión que corresponde a la designación general de "Cristianismo." Las parábolas en este capítulo señalan la historia espiritual del Cristianismo entre la primera y segunda venida de Cristo, y por ellas sabemos que habrá una mezcla de buenos y malo en la iglesia hasta la venida del señor cuando la iglesia se purificará, y se establecerá una separación entre lo Genuino y lo falso. Mt._13:36-43; Mt._13:47-49. Pablo el Apóstol expresa la misma verdad al comparar la iglesia con una casa en la cual hay muchos vasos, algunos para honor, y otros para deshonor. 2Ti_2:19-21.
¿Son la iglesia y el reino de Dios sinónimos? El que la edad de la iglesia sea una fase del reino queda insinuado en Mt._16:18-19; por las parábolas en Mateo 13, y por la descripción de Pablo con respecto a la obra de Cristo, realizada en la esfera del reino de Dios. Col_4:11. Puesto que el reino de los cielos es un término que todo lo abarca, podemos describir también la iglesia como parte del reino. "Se puede considerar a la iglesia como parte del reino de Dios de la misma manera que el estado de Illinois es parte de los Estados Unidos," escribe William Evans. La iglesia predica el mensaje que trata del nacimiento del hombre en el reino de Dios. Jn._3:3-5; 1Pe_1:23.
IV. LA OBRA DE LA IGLESIA
1. Predicar la salvación.
Corresponde a la obra de la iglesia el predicar el evangelio a toda criatura (Mt._28:19-20), y presentar el plan de salvación como se enseña en las Sagradas Escrituras. Cristo ha hecho posible la salvación proveyéndola; la iglesia debe de hacerla una realidad proclamándola.
2. Proveer medios de adoración.
Israel poseyó un sistema divinamente designado de adoración por medio del cual se acercó a Dios con todas las necesidades y crisis de la vida. La iglesia por lo tanto debe de ser una casa de adoración, oración y testimonio.
3. Proporcionar comunión religiosa.
El hombre es un ser social. Anhela comunión y amistad. Se reúne naturalmente con aquéllos que comparten sus mismos intereses.
La iglesia proporciona una comunión basada en la Paternidad de Dios, y el Señorío de Cristo. Es una buena hermandad compuesta de aquellos que comparten una experiencia espiritual en común.
La cordialidad de la comunión era una de las características sobresalientes de la iglesia primitiva. En el mundo gobernado por la máquina de precisión que era el imperio Romano, donde el individuo era casi por completo ignorado, el hombre anhelaba una comunión donde se disipara ese sentido de soledad y desamparo. En un mundo semejante, una de las características de atracción más poderosas de la iglesia era el calor y la solidaridad de la comunión, una comunión donde todas las distinciones terrenas habían desaparecido, y donde los hombres y las mujeres se convirtieron en hermanos y hermanas en Cristo.
4. Sostener el nivel moral.
La iglesia es "la luz del mundo," destinada a disipar las tinieblas de la ignorancia moral; es la sal de la tierra, para preservarla de la corrupción moral. La iglesia debe enseñar a los hombres de qué manera vivir como así también morir. Debe exponer el plan de Dios para la regulación de todas las esferas de vida y actividad. En contra de la tendencia descendente de la sociedad, debe levantar su voz de advertencia; en todos los puntos de peligro, debe levantar un faro de luz.
V. LAS ORDENANZAS DE LA IGLESIA
El cristianismo del Nuevo Testamento no es una religión ritualista. En el fondo, es el contacto directo del hombre con Dios por medio del Espíritu. Por lo tanto, no impone una ley rígida de adoración, sino que deja a la iglesia de toda edad y tierra para que se ajuste al método mejor adaptado para la expresión de su vida. Hay, sin embargo, dos ceremonias que son esenciales puesto que son divinamente ordenadas, es decir, el bautismo en agua y la cena del Señor. En virtud de su carácter sacro, se las describe con el nombre de sacramentos - literalmente, "cosas sagradas," o "juramentos consagrados por un rito sagrado"; se las refiere también como ordenanzas, puesto que son ceremonias "ordenadas" por el Señor mismo.
El bautismo en agua es el rito de ingreso en la iglesia cristiana, y simboliza el comienzo de la vida espiritual; la Cena del Señor es un rito de comunión y significa que continúa la vida espiritual. El primero representa fe en Cristo, el segundo, comunión con Cristo. El primero es administrado solamente una vez, puesto que puede haber solamente un comienzo de la vida espiritual; el segundo es administrado con frecuencia, enseñándonos que la vida espiritual debe ser nutrida.
1. Bautismo.
a. El modo. El vocablo "bautizo" empleado en la fórmula bautismal significa literalmente inmersión o el Hch.o de sumergir. Esta interpretación es confirmada por eruditos en el estudio del idioma griego e historiadores eclesiásticos. Y hasta estudiosos que pertenecen a iglesias que bautizan mediante el rociamiento admiten que la inmersión fué la forma más antigua. Además existen buenas razones para creer que para los judíos de la época Apostólica el mandamiento de ser "bautizado" sugería inmersión. Estaban relacionados con el bautismo de los prosélitos, que significaba la conversión de un pagano al judaísmo. El convertido se ponía de pie, con el agua hasta el cuello, mientras se le leía la ley, después de lo cual él mismo se sumergía debajo del agua como señal de que estaba limpio de la contaminación del paganismo, y había comenzado a vivir una nueva vida en calidad de miembro del pueblo escogido de Dios.
¿Cuándo surgió entonces la práctica de la aspersión o rociamiento, e infusión o derramamiento del agua sobre la cabeza del bautizado? Cuando la iglesia, olvidándose de la sencillez del Nuevo Testamento fué influenciada por las ideas paganas, asignó una importancia no bíblica al bautismo en agua, que pasó a considerársele ampliamente esencial para la regeneración. Se lo administraba por lo tanto a los enfermos y moribundos. Puesto que la inmersión estaba descartada en esos casos, el bautismo era administrado mediante la aspersión. Posteriormente, debido a la conveniencia del método, éste se hizo general. Asimismo, y debido a la importancia de la ordenanza, se permitió la infusión cuando no había agua suficiente para la inmersión. Leamos la cita siguiente relativa a una antigua escritura del siglo segundo:
Ahora bien: con respecto al bautismo, bautiza de la siguiente manera: Habiendo enseñado todo esto, bautiza en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo en agua viva (que corre). Y si no tienes agua que corren, bautiza en alguna otra agua: si no tienes agua fría, bautiza en tibia. Pero si no tienes ninguna de éstas, derrama agua sobre la cabeza tres veces en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.
Sin embargo, el método original, bíblico, es por la inmersión, que está en concordancia con el significado simbólico del bautismo, es decir, muerte, sepultura y resurrección. Rm._6:1-4.
b. La fórmula. "Bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo." ¿De qué manera podemos reconciliar esto con el mandamiento de Pedro que dice: "Bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo"? Hch._2:38. Estas últimas palabras no representan una forma bautismal, sino que eran simplemente una declaración de que tales personas eran bautizadas al reconocer a Jesús como Señor y Cristo. Por ejemplo, la Didaqué, documento cristiano del año 100 d.c., dice que el bautismo es en el nombre del Señor Jesús, pero cuando procede a describir el rito en detalle, prescribe la fórmula trinitaria. Cuando Pablo dice que Israel fué bautizado en el Mr. "en Moisés," no se refiere a una fórmula que fué pronunciada en ese momento; significa simplemente que en virtud del pasaje milagroso por el Mr. Rojo, los israelitas aceptaron a Moisés como el guía y maestro enviado de Dios. De igual manera, el ser bautizado en el nombre de Jesús significa encomendarse por completo y eternamente a él como el Salvador enviado del cielo, y la aceptación de su gobierno y dirección implica la aceptación de la fórmula dada por Jesús mismo en Mt._28:19.
La traducción literal de Hch._2:38 es la siguiente: "Bautícese cada uno de vosotros sobre el nombre de Jesucristo." Esto significa según el léxico de Thayer, que los judíos debían "fundamentar su confianza y esperanza en la autoridad mesiánica del Señor."
Nótese que la fórmula trinitaria describe una experiencia. Aquellos que son bautizados en el nombre del Dios trino y uno testifican por ello que han sido sumergidos, por así decirlo, en la comunión espiritual de la Trinidad; de manera que se les pueda decir a ellos: "La gracia del Señor Jesucristo, y el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sea con todos vosotros." 2Co_13:14.
c. El candidato. Todos los que sinceramente se arrepienten de sus pecados y ejercitan una fe viva en el Señor Jesús son elegibles para el bautismo. En la iglesia apostólica el rito venía acompañado de las siguientes manifestaciones externas: (1) Profesión de fe. Hch._8:37. (2) Oración. Hch._22:16. (3) Voto de consagración. 1Pe_3:21.
Puesto que el bebé no tiene pecado de que arrepentirse, y no puede ejercitar fe, es excluido lógicamente del bautismo en agua. No le impedimos con ello acudir a Cristo (Mt._19:13-14) puesto que puede ser dedicado al Señor en un culto público.
d. La eficacia. El bautismo en agua no tiene poder salvador en sí mismo. Se bautiza a la gente, no para que sea salva, sino porque es salva. Por lo tanto, no podemos decir que el rito es absolutamente necesario para la salvación. Pero podemos insistir que es necesario si queremos cumplirlo todo, u obedecer todo. De la misma manera que la elección de un presidente culmina, podríamos decir, al tomar posesión del mando, así también la elección del convertido a la gracia y gloria de Dios es completada al ocupar su lugar públicamente como miembro de la iglesia de Cristo.
e. El significado. El bautismo ilustra las siguientes ideas: (1) Salvación. El bautismo en agua es un drama sagrado (si se nos permite la frase) que representa lo cardinal o esencial del evangelio. El descenso del convertido representa el cumplimiento de la muerte de Cristo; la inmersión del bautizado significa la ratificación de la muerte, o sepultura; el ascenso o el levantarse del convertido significa que la muerte ha sido conquistada, o la resurrección de Cristo. (2) Experiencia. El hecho de que los actos son realizados con la participación del convertido demuestra que ha sido identificado espiritualmente con Cristo. La inmersión proclama el mensaje: "Cristo murió por el pecado, a fin de que este hombre muriera al pecado." El Levantarse del convertido enuncia el siguiente mensaje: "Cristo resucitó de los muertos con el objeto de que este hombre pudiera vivir una nueva vida de justicia." (3) Regeneración. La experiencia del nuevo nacimiento se ha descrito como "lavacro" (literalmente, "baño," Tit_3:5) porque por el son lavados los pecados y contaminaciones de la vida antigua. De la misma manera que el lavado con agua asea el cuerpo, así también Dios, en relación con la muerte de Cristo y por medio del Espíritu Santo limpia el alma. El bautismo en agua representa esta limpieza. "Levántate, y bautízate, y lava tus pecados, (es decir, en calidad de señal de lo que ha sido ya hecho)." Hch._22:16. (4) Testimonio. "Porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos." Gál._3:27. El bautismo en agua significa que el convertido, por la fe, se ha vestido de Cristo - del carácter de Cristo - de manera que los hombre pueden ver a Cristo en él como ven el uniforme en el soldado. Por medio del rito del bautismo el convertido, en sentido figurado, se viste públicamente del uniforme del reino de Cristo.
2. La cena del Señor.
La cena del Señor o santa comunión puede ser definida como un rito distintivo de la adoración cristiana, instituida por el Señor Jesús en la víspera de su muerte expiatoria. Consiste en la participación religiosa del pan y del vino, los que habiendo sido presentados al Padre en memoria del inagotable sacrificio de Cristo, se convierten en medio de gracia por el cual se nos inspira a aumenta la fe y la fidelidad hacia él.
Las siguientes son las características notables de esta ordenanza:
a. Conmemoración "En memoria de mí." Todo país tiene su fiesta patriótica, en la que conmemora su independencia. Toda vez que un grupo de creyentes se congrega a celebrar la cena del Señor, recuerdan en forma especial la muerte expiatoria de Cristo que nos liberó del pecado.
¿Por qué recordar su muerte por sobre todo otro acontecimiento en su vida? Porque era el acontecimiento cumbre de su ministerio, y porque somos salvos no meramente por su vida y enseñanzas, - aunque es innegable que son divinas- sino por su sacrificio expiatorio.
b. Instrucción. La cena del Señor es una lección objetiva sagrada que enuncia o expresa las dos verdades cardinales o esenciales del evangelio: (1) La encarnación. Al tomar el pan, oímos que Juan el apóstol dice: "Y aquel Verbo fué hecho carne, y habitó entre nosotros," (Jn._1:14); oímos al Señor mismo que declara: "Porque el pan de Dios es aquél que descendió del cielo y da vida al mundo." Jn._6:33. (2) La expiación. Empero las bendiciones incluidas en la encarnación nos son impartidas por medio de la muerte de Cristo. El pan y el vino constituyen un cuadro de la muerte, la separación del cuerpo y la vida, la separación de la carne y la sangre. El pan nos dice que el Pan de la vida debe ser partido o quebrado en la muerte con el objeto de ser distribuido entre los que tienen hambre espiritual; el vino vertido simboliza que su sangre, que es su vida, debe ser derramada en la muerte con el objeto de que su poder que limpia y vivifica sea proporcionado a las almas necesitadas.
c. Inspiración. Los elementos, especialmente el vino, nos recuerdan que por la fe podemos participar de la naturaleza de Cristo, es decir, podemos disfrutar de la comunión con él. Al participar del pan y del vino de la comunión se nos recuerda y asegura que, por la fe, podemos recibir verdaderamente su Espíritu y reflejar su carácter.
d. Seguridad. "Este vaso es el nuevo pacto en mi sangre." En épocas antiguas, la forma más solemne de acuerdo era el pacto de sangre, sellado o firmado con la sangre del sacrificio. El pacto hecho con Israel en el Monte Sinaí fué un pacto de sangre. Después que Dios sentara sus condiciones, y el pueblo las hubiera aceptado, Moisés tomó una jofaina llena de la sangre del sacrificio y roció la mitad de ella sobre el altar del sacrificio, significando que Dios se obligaba a cumplir su parte del acuerdo; luego derramó el resto de la sangre sobre el pueblo, obligándole o comprometiéndole a cumplir su parte del contrato. Ex._24:3-8.
El nuevo pacto instituido por Cristo es un pacto de sangre, Dios ha aceptado la sangre de Cristo (Heb_9:14-24) y por ende se ha comprometido, por amor de Cristo, a perdonar y salvar a todos los que vienen a él. La sangre de Cristo es la garantía divina de que será misericordioso y benigno con el penitente. Nuestra parte del contrato es creer en la muerte expiatoria de Cristo. Rm._3:25-26. Luego podemos testificar de haber sido rociados con la sangre del nuevo pacto. 1Pe_1:2.
e. Responsabilidad. ¿Quién será admitido o excluido de la mesa del Señor? Pablo trata el asunto de quien es digno de participar de los sacramentos en 1Co_11:20-34 al decir: "Porque el que come y bebe indignamente, será culpado (de ofensa o pecado) del cuerpo y de la sangre del Señor." Luego todos nosotros somos excluidos, puesto que ¿cuál de los hijos del hombre es digno de la más pequeña de las misericordias de Dios? No, el Apóstol no habla de la indignidad de las personas, sino de la indignidad de las acciones. Y así, aunque parezca extraño, es posible que una persona indigna participe dignamente. Y en cierto sentido, solo aquellos que sienten sinceramente su indignidad se hallan en el estado correcto de acercarse a la mesa; los que se creen justos a sí mismos no son Aptos nunca. Además, se ha notado que es la gente profundamente espiritual la que siente su indignidad en mayor grado. Pablo se describe a sí mismo como el primero de los pecadores.
El apóstol nos advierte en el sentido de no cometer acciones indignas o mantener una conducta también indigna al participar de los sacramentos. ¿Cómo puede una persona participar indignamente? Al hacer cualquier cosa que le impida Apreciar claramente el significado de los elementos, y acercarse de manera solemne, en actitud reflexiva y reverente. En el caso de los corintios, el obstáculo era grave, es decir la ebriedad.
VI. EL CULTO EN LA IGLESIA
Por las epístolas de Pablo, llegamos a la conclusión de que existían dos clases de cultos de adoración: uno era el de oración, alabanza y predicación; el otro de adoración, conocido como Fiesta de Amor (Ágape). El primero era un culto público; el segundo un culto privado o particular, al cual se admitía solamente a los creyentes.
1. El culto público.
La reunión o culto público "era llevado a cabo por la gente según el Espíritu la inspiraba," nos dice Roberto Hastings Nichols, que agrega:
Se ofrecían oraciones y testimonios, y se daba instrucción. Se cantaba salmos y también himnos cristianos que comenzaron a ser escritos en el siglo primero. Las Escrituras del Antiguo Testamento fueron leídas y expuestas, y hubo lectura y repetición de memoria de incidentes con respecto a lo que dijo e hizo Jesús. Cuando los Apóstoles enviaban cartas a las iglesias, tales como las que tenemos en las epístolas del Nuevo Testamento, éstas también eran leídas.
Este culto sencillo podía ser interrumpido y substituido en cualquier momento por la manifestación del Espíritu en forma de profecía, lenguas e interpretaciones, o por alguna percepción inspirada de las Escrituras. Todo estudiante serio de historia eclesiástica, sin tener en cuenta su denominación religiosa o escuela de pensamiento, reconoce esta característica del culto de la iglesia primitiva.
El que esta adoración inspirada del Espíritu Santo era un medio poderoso de influenciar a los no convertidos se puede deducir del pasaje de 1Co_14:24-25.
2. El culto privado o particular.
Leemos que los primeros creyentes continuaron partiendo el pan. Hch._2:42. ¿Describen estas palabras una comida ordinaria, o la celebración de la cena del Señor? Quizá ambas. Esto es lo tal vez ocurriera: al principio la comunión de los primeros discípulos era tan íntima y vital que celebraban o realizaban las comidas en común. Al congregarse alrededor de la mesa para pedir que Dios bendijera los alimentos, el recuerdo de la última Pascua de Cristo debe de haber acudido a su memoria, y la oración pidiendo la bendición de los alimentos se prolongaría espontáneamente para
constituirse en un culto de adoración, de manera que en muchos casos era difícil determinar si los discípulos celebraban una comida común, o participaban de la santa cena. ¡La vida y la adoración estaban íntimamente relacionadas en aquellos días!
Desde muy temprano los dos actos, el partimiento del pan y la cena del Señor - se distinguieron entre sí, de manera que el orden del culto era el siguiente: En un día determinado, los cristianos se reunían para celebrar una comida de sagrada comunión, conocida con el nombre de fiesta de amor, la cual comida era sagrada, de gozo, simbolizando el amor fraternal. Todos traían provisiones, y todos, por igual, debían compartir la comida. En 1Co_11:21-22, Pablo censura el egoísmo de aquéllos que comían sin compartir los alimentos con los pobres. Al término de la fiesta de amor, se celebraba la cena del Señor. En la iglesia de Corinto algunos se habían emborrachados durante el Ágape, y participado de los sacramentos en forma indigna.
Más tarde, en las postrimerías del siglo primero, la cena del Señor fué separada del Ágape y celebrada el día del Señor, por la mañana.
VII. LA ORGANIZACION DE LA IGLESIA.
1. El gobierno de la iglesia.
Es evidente que el Señor determinó que hubiera una sociedad compuesta de sus adeptos para que anunciara el evangelio al mundo y lo representara ante éste. Mas no estableció organización alguna ni plan de gobierno, ni proporcionó tampoco regla detallada de fe y práctica. No obstante, ordenó los dos simples ritos de bautismo y comunión. Empero no ignoró o pasó por alto la organización, puesto que su promesa del Consolador venidero indicaba que los Ap.óstoles se les debía comunicar toda la verdad con respecto de estos asuntos.
Lo que el Señor dio o comunicó a la iglesia fué algo más que organización. En efecto, le impartió su vida misma, transformándola en organismo vivo. De la misma manera que un cuerpo vivo se adapta a su medio ambiente, así también el cuerpo vivo de Cristo era dejado libre para seleccionar o elegir su propia forma de organización de acuerdo a las necesidades y circunstancias. Naturalmente que a la iglesia no se le otorgaba la libertad de seguir cualquier tendencia contraria a las enseñanzas de Jesús o a la doctrina apostólica. Toda disposición o práctica contraria a los principios bíblicos es corrupción.
Durante los días que sucedieron a Pentecostés los creyentes no tenían casi organización alguna, y durante cierto tiempo celebraron cultos en privado en sus casas, y asistían a las reuniones de oración en el templo. Hch._2:46. Todo esto fué suplementado por la enseñanza apostólica y la comunión. En circunstancias que la iglesia creció en número, los factores siguientes contribuyeron al desarrollo de la organización de la iglesia: primero, los funcionarios que se añadieron a la iglesia para hacer frente a las emergencias que surgían, como por ejemplo, Hch._6:1-5; segundo, la posesión de dones espirituales, mediante los que se consagraron a ciertos individuos para la obra del ministerio.
Las primeras iglesias fueron democráticas en lo que a gobierno respecta: una circunstancia natural en una comunidad donde los dones del Espíritu estaban disponibles para todos y donde todos podían ser divinamente capacitados con dones para un ministerio especial. Es cierto que los Apóstoles y ancianos presidieron las reuniones para tratar asuntos de negocios y la designación de funcionarios; empero esto se hizo en cooperación con la congregación. Hch._6:3-6; Hch._15:22; 1Co_16:3; 2Co_8:19; Fil._2:25.
Según Hch._14:23 y Tit_1:5, pareciera que Pablo y Bernabé y Tito designaron o nombraron ancianos sin consultar previamente con la congregación. Empero historiadores eclesiásticos dignos de crédito afirman que se "nombró" a los ancianos según procedimiento general, vale decir, mediante el voto de los miembros de la iglesia afectada.
Vemos con claridad que no existe fundamento alguno en el Nuevo Testamento para una fusión de iglesia destinada a formar una maquinaria eclesiástica gobernada por una jerarquía.
En los albores de la iglesia no existía gobierno centralizado de toda la iglesia. Cada una de las iglesias era autónoma, y gobernaba sus propios asuntos con libertad. Naturalmente que se les consideraba a los "Doce" con referencia en virtud de su relación con Cristo, y ejercieron cierta autoridad. Lea Hechos 15. Pablo mantuvo una supe vigilancia general sobre las iglesias gentiles; sin embargo, esta autoridad era puramente espiritual y no oficial como la que concede una organización.
Mientras que cada una de las iglesias locales era independiente en lo que a jurisdicción respecta, las iglesias neotestamentarias mantuvieron relaciones cooperativas entre sí. Rm._15:26-27; 2Co_8:19; Gál._2:10; Rm._15:1; 3Jo_1:8.
En los primeros siglos las iglesias locales, aunque nunca les faltó la conciencia de que todas pertenecían a un cuerpo, eran independientes, autónomas, preservando las relaciones entre sí, no mediante alguna organización política que las abarcara a todas, sino por una comunión fraternal, a través de visitas de representantes, intercambio de cartas, y cierta ayuda mutua indefinida en la elección y ordenación de pastores.
2. El ministerio de la iglesia.
Dos clases de ministerios se reconocen en el Nuevo Testamento: (1) El ministerio general y profético: general, puesto que se ejerce en relación con las iglesias en general más bien que con una iglesia en particular, y profético, puesto que fué creado en virtud de la posesión de dones espirituales. (2) El ministerio práctico y local: local, puesto está confinado a una iglesia, y práctico, porque trata de la administración de la iglesia.
1. El ministerio general y profético.
(1.) Apóstoles. Eran hombres que habían recibido su comisión del mismo Cristo vivo (Mt._10:5; Gál._1:1), que habían visto a Cristo después de su resurrección (Hch._1:22; 1Co_9:1), disfrutado de una inspiración especial (Gál._1:11-12; 1Ts._2:13), ejercido la administración de las iglesias (1Co_5:3-6; 2Co_10:18; Jn._20:22-23), que eran dueños de credenciales sobrenaturales (2Co_12:12) y cuya labor principal fué el establecimiento de iglesias en campos nuevos. 2Co_10:16. Eran personas llamadas por Cristo, llenas del Espíritu Santo, funcionarios ejecutivos y organizadores de la obra misionera. Los "Doce" Apóstoles de Jesús, y Pablo, (que figura en una clase única) fueron Apóstoles por preeminencia, mas el título se les dio también a otros que estuvieron empeñados en la obra misionera. El vocablo apóstol significa en sí mismo misionero. Hch._14:14; Rm._16:7. ¿Han existido desde entonces Apóstoles? La relación de los doce
con Cristo era única, relación que no se ha repetido desde entonces. No obstante lo cual, la obra de hombres como Juan Wesley se puede describir con justicia apostólica.
(2.) Profetas eran aquellos que estaban dotados de la expresión inspirada. Desde la época más antigua hasta las postrimerías del siglo segundo, una corriente no interrumpida de profetas y profetisas Apareció en la iglesia cristiana. Mientras que el apóstol y el evangelista llevaba el mensaje a los incrédulos, (Gál._2:7-8), el ministerio del profeta se dirigía particularmente a los creyentes. Los profetas viajaron de iglesia en iglesia de la misma manera que lo hacen los evangelistas, en la actualidad, aunque toda la iglesia tenía profetas que eran miembros regulares de la iglesia.
(3.) Los maestros eran aquellos que tenían talento especial para enseñar la Palabra. A igual que los profetas, muchos de ellos viajaban de iglesia en iglesia.
2. El ministerio práctico y local.
El ministerio local, elegido por la iglesia en base a ciertos requisitos, (1Ti_3:1-15) estaba integrado por las siguientes personas:
a. Presbíteros, o ancianos, a quienes se les daba también el título de "obispo" que significaba sobAp.eedor, o superintendente. Estaba a cargo de éstos la vigilancia general de la iglesia local, especialmente en relación al cuidado pastoral y a la disciplina. Sus deberes eran principalmente de naturaleza espiritual. Se los denomina a veces "pastores" (Ef._4:11). Compare Hch._20:28.
Durante el primer siglo toda comunidad cristiana era gobernada por un grupo de ancianos u obispos, de manera que no existía funcionario alguno que hiciera por la iglesia lo que realiza un pastor moderno. Al comienzo del siglo tercero un hombre era colocado al frente de cada comunidad religiosa con el título de pastor u obispo.
b. Colaboraba con los presbíteros, o estaba asociado a ellos cierto número de funcionarios asistentes denominados diáconos (Hch._6:1-4; 1Ti_3:8-13; Fil._1:1) y diaconisas (Rm._16:1; Fil._4:3), cuyo ministerio al parecer consistía de la visitación, casa por casa, y del ministerio práctico entre los pobres y necesitados. 1Ti_5:8-11. Los diáconos ayudaban también a los ancianos en la celebración de la Santa Cena.